Es un día soleado en Marigat, Baringo, y estamos esperando que lleguen los estudiantes y profesores de 3 escuelas de Secundaria para realizar la Formación de Formadores en Higiene Menstrual y salud Sexual y Reproductiva.
Les hemos convocado el día anterior al inicio de la formación porque todos tienen que realizar grandes distancias hasta llegar a la pequeña capital regional, Marigat. Los de la escuela de Sokotei, debido a las lluvias, que por fin han caído recientemente, no pueden utilizar la carretera habitual y tienen que dar toda la vuelta al Lago Baringo para poder llegar, lo que implica unas 2 o 3 horas más de carretera en la motocicleta que les sirve de transporte.
Los chicos y chicas están emocionados, se les ve nerviosos y tímidos pero orgullosos de haber sido seleccionados entre sus compañeros para la formación. No se esperan el tipo de metodología que vamos a utilizar para enseñarles a ser ellos mismos formadores: tienen que trabajar en grupos, hablar en público, realizar roll-playings de situaciones comunes delante de sus compañeros y de los profesores que también participan en la formación.
Sino fuese porque creemos en que el cambio es posible, y sobre todo el cambio liderado por las propias mujeres, después del primer día de formación nos habríamos dado por vencidos. Normalmente el trabajo comunitario en Kenia es difícil, especialmente en estos temas. Pero en la etnia Ilchamus, una sub-etnia de la etnia Maasai, las tradiciones que promueven la desigualdad de género están especialmente arraigadas. Así que el primer día, en cuanto salía la temática de la mutilación genital femenina, los profesores legitimaban las razones para cortar el clítoris; cuando salía la temática de llevar las niñas a la escuela, los estudiantes chicos declaraban que llevarían sus hijos al instituto, pero no a sus hijas; cuando salía la temática de que es el Consentimiento en las relaciones amorosas y sexuales, los estudiantes y profesores de sexo masculino afirmaban que es claro que cuando las mujeres dicen “No” en realidad quieren decir “Si”.
Las profesoras y estudiantes mujeres callaban y escuchaban a los hombres, que es lo que tradicionalmente se espera de ellas en sus poblados. Pero, poco a poco, las cosas fueron ligeramente cambiando, a medida que realizábamos las actividades sobre respeto, consentimiento, abuso sexual, relaciones sexuales, menstruación y otros. En los días posteriores, a través de las dinámicas participativas, las mujeres y chicas pudieron exponer donde son los sitios donde no se sienten seguras, de qué forma se les puede demostrar respeto tanto física como emocionalmente y, entre otras cosas, se pusieron sobre la mesa las dificultades que atraviesa una estudiante cuando no tiene dinero para comprar compresas higiénicas, y a veces su única salida es dejarse cortejar por un hombre más mayor que le pague cosas de la escuela. Dejaron claro que cuando una chica o mujer dice “No” es que quiere decir No. Y lo mejor de todo fue que los estudiantes de sexo masculino empezaron a alzar sus voces para diferir de la opinión de los profesores.
No se puede cambiar la mentalidad de las personas ni de las sociedades en unos días de formación, pero lo que sí vimos es que se dieron los primeros pasos para que esos chicos y chicas pudiesen apoyar a sus compañeros de escuela en esas temáticas que muchas veces son consideradas tabú. Intentaremos así que en la escuela secundaria de Salabani, por ejemplo, el número de chicas que empiezan Primero de secundaria no se reduzca a la mitad en Segundo a causa de los embarazos precoces y los matrimonios tempranos.
El último día, acabamos la sesión presentándoles dos noticias que habían salido esa semana en la prensa de Kenia. La primera noticia era la de una chica que se había suicidado después de que la profesora le mandase a casa por haberse manchado su uniforme con la menstruación.
Trabajaremos para que ninguna chica se sienta avergonzada e incómoda cuando tenga la regla en la escuela, porque se ofrecerán medios para gestionar la menstruación, a través de las compresas sanitarias reutilizables y la formación.
La segunda noticia era que durante el primer día de los exámenes nacionales para el último año de secundaria (algo parecido a nuestra Selectividad) más de 100 chicas en toda Kenia estaban embarazadas a punto de dar a luz; durante ese día más de 10 se habían puesto de parto y dado a luz. Unas horas más tarde, les habían dado una habitación en el hospital para poder seguir con el examen.
Trabajaremos para que las chicas lleguen al último año de Secundaria con el conocimiento suficiente de que son las relaciones sexuales y que implicaciones tienen. Porque el hablar de estos temas es fundamental, tanto en el colegio como en la familia.
Comments are closed.