Ayer nos encontramos con Lucy en la ciudad de Nakuru. Estaba cansada, polvorienta, pero con una sonrisa de oreja a oreja: el viaje de 5 horas por carreteras difíciles de tierra había valido la pena. La entrega de las compresas reutilizables a la Escuela de Sokotei en Baringo había sido postergada varias veces a causa de las dificultades del transporte hasta allí. A principios de mes habíamos decidido postergarla al mes de mayo, también debido a que íbamos muy ocupados por...